Thursday, July 12, 2007

CAMPO SAGRADO (ME INSTALO JUNTO A MICAELA GUYUNUSA Y SU FAMILIA)

I
Cayeron los muertos como si fueran vivos;
desde entonces de la tierra han salido,
con sus mejores ropas
en busca de los vivos,
que colgaron en sus pechos de estar muertos la burda presea,
el distintivo.
Ellos habían visto caer cuando cayeron,
al niño en el regazo de la madre envuelto.
Ésta,
protegiéndole entre los edredones ya mustios de su carne,
doblada en 2 cayó pantorrilla con cabello.
II
En ese instante de hachuelas humeantes y apagadas,
se había apretado el tiempo contra la colina
y las nubes,
moradas en su masa de sombra precipitaron,
sobre la tierra en gruesos lagrimones,
el desconsolado llanto de la tempestad.
Se sumaron gotas hasta clarear los huesos,
una a una las prendas
al torrente sus tesoros cedieron,
rompiéndose en estrías
la piel fondeó su amarillez en la laguna;
disueltos en el aire los talles de los cuerpos,
a semejanza de ramas invernales las hebillas,
colgaron de balates por las yemas cincelados,
de almas que se habían repartido,
en procura de dar noticias,
alertas,
vocear en las gargantas,
salir en captura de los vivos,
llevarlos a la plaza y en ese sitio,
en medio de bancos derruidos,
del ·sube-y-baja· lanzado lejos fuera de su asidero,
erguir los rebordes de las huellas,
echando arena encima
y encima pasto,
para que allí fuera todo campo sagrado.