Monday, August 07, 2006

PAQUETE CON REATE-PAQUETE SIN REATE

PAQUETE CON REATE
I
Como riendas en caballos alazanes,
difuminados tonos pardos y amarillos
se alejan.
Cerca,
en su desdentada boca
mastica la noche
los últimos pellejos de la luz;
junto al sanjón y lisura de las cosas
nada en apariencia sucedía;
en medio del torbellino
de lo que no obstante daba giros sin cesar,
pétrea,
se instaló la quietud;
en su polvorienta butaca de reposo,
como si fuera un no descifrado icono
reposaba,
desentendiéndose
de lo grande y lo pequeño,
de lo visto o de lo que alguno
imaginaba que veía.
II
Tarde,
+ adelante o + atrás en la misma senda
que ya no era la misma
pero tampoco otra,
sentado sobre banco
angosto y menos largo,
que los comunes bancos
habidos en ese allí casi sombrío,
musitó un señor a alguno
quizá su acompañante o quien creía él
que le acompañaba entonces,
que la vida es eso:
una límpida sucesión
de correntadas
con agua ligeramente turbia,
que de pies a cabeza te remoja;
tu desnudez sumerge
en el belez de sudorosa muchedumbre
que no ve ni huele tu presencia.
Mas he aquí que de pronto
esa humedad se anhidra
y sobre tu piel rechazas toda prenda,
toda chinela
aunque fuere muy liviana y sin calzar.
Rechazas a causa de ardoroso temor
en cuanto a que,
esos torpes lacillos
de lino y lana basta,
envejezcan
contra tus huesos milenarios,
y sean confundidos éstos
con la porosa respiracíón de la basura;
basura que mientras tanto
espera en el tanque
a voltearse en otro tanque después,
ahora.
III
Si ello ocurriese dijo aquel señor:
habrá paquete con reate,
desde el cual asomarán
pelos hirsutos y rebeldes,
pelos crecidos donde todo decrece,
se apelotona en el grasiento pelotón
+ de la cuenta engordado en el otoño;
otoño que confabulado
con las nocturnas sombras de achique,
in matiza lo fugaz,
parte en trozos desiguales los tonos,
pardos y amarillos que ya no son,
simplemente no son,
salvo los rebeldes pelos
que no cesan de crecer.
Como chacra en ·des-uso·,
en el rosado ano de la naturaleza
pueblan lo ya enmarañado
con indóciles brácteas
y caprichoso castillo
cosméticamente almenado,
para que nada se pueda ver,
salvo los rebeldes pelos
que no cesan de crecer.
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PAQUETE SIN REATE
Inmatizada,
fugaz,
huidiza,
montada en algo
que se parece a bicicleta
junto a él pasó la vida.
Ante este ventarrón de entre casa,
su reloj interior
se resbaló por fuera de la vista,
ganando como una mimética criatura
de los bosques el envés de la viruta,
tan prolífica
en el descascare del otoño.
He aquí un parto,
el fin del mundo
sin bebé ni parturienta;
un aquí no pasó nada,
tan sólo fue la fugacidad del viento
montado en bicicleta,
o un paquete sin reate
que semejándose a gotas
grises y opacas,
se diluyó en el charco
agrandado por la lluvia de esa noche,
nada +.
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