Friday, May 25, 2007

REÚNO ANDRAJOS

REUNO ANDRAJOS
I
NOTICIAS Y CESE DE NOTICIAS
REFERIDAS AL DOLOR
i
Espongiario dolor de estrella moribunda,
menor,
blanca,
pálida y amarillenta estrella
a punto de morir
en la obscura cresta del océano,
del mínimo océano que se alberga
en el banal recinto de mi charca.
Océano que por debajo
de un rompecabezas onomatopéyico,
en diálogo con boca que gruñe
ante el vocinglero portal del silencio naufraga;
inmolándose tras fogata de cordeles y ramas
su contención y duda gruñe,
hasta romper los límites
y conformar otra charca en las afueras.
ii
Diálogos con el tallo
de un vasto bosque ceniciento,
extrañamente dulce,
agridulce como la guayaba,
desprendida recién,
a su pedúnculo de lágrimas atada;
pedúnculo que se ase
a un torcido tronco en el cual descansa
mi torcido omóplato.
A partir de actos agobiantes e imperfectos,
he aquí entre gruñidos la búsqueda de la perfección.
Búsqueda que puede llegar a ser,
perfección encartuchada
en la guampa de un megáfono al revés,
con el cual entre bambalinas semi-oculto,
en contaminada búsqueda de veracidad
simula el mundo que oye sin oír.
He aquí un escenario
con muchas puertas para entrar
y una caja hermética para no salir.
iii
Dado que nada escapa enteramente al calendario,
todo viene como de la tienda,
envuelto para regalo navideño;
carmesí regalo
con mata-sellos de pompa y circunstancia,
calenturienta pompa y circunstancia
asida a ligeros pies,
de un derviche fuera de contexto
para que se centrifugue el dolor,
auxiliado por el seco tañer
de un triángulo siglo 19,
botado y rebotado en el cercano oriente
de mar amargo con orquesta,
orquesta que lamida por el silencio oscila,
tropieza con los sonidos de un jardín
que gira en torno a otro jardín y huye.
He aquí el dolor cargado de ventosas,
como si fuera una vía láctea de entre casa
en huida hacia erial obscuro y frío.
Lo aplazado en la tienda
por falta de un endespués con ·enderezo·,
se refiere a la herida allí donde el cencerro
al cuello de la víctima se ciñe,
con cinta de cáñamo hasta reventar.
iiii
Insertas en raído ropaje de quejas,
he aquí las noticias
y el abrupto cese de noticias,
como si fuera guiñapo de arpón
ropaje herrumbrándose en el lomo de una ballena,
con muchos corsos y océanos
según libro de gutemberg
sobre caza y piratería.
Cese de noticias en legajo inserto,
reconstruido arteramente
por historiadores que se alquilan
y a los dados con las palabras juegan,
en interminable evento entre amigos,
secuaces y acólitos menores,
confinados a un indefinido estado de seglaridad.
Todo fofo y limado de huellas
en el papel secante de los signos vitales.
iiiii
Como si fuera un día que depara milagros,
noticias en el vibrante punzón
de marmolistas y picapedreros;
cese de noticias junto al icono erigido
a la memoria de marmolistas
y picapedreros muertos,
envueltos en el intenso mador de la ladera.
Herida practicada por expertos en eso de curar,
curar sin devolver la vida.
Herida para que incólume
vibre el castigo y su insistencia,
asociado al mortecino torrente
de un dolor aún + antiguo.
Dolor + dolor superponiéndose,
garabateado en un terroso croquis
con nombres y apellidos sobre papel manila;
dolor arrinconado,
que no vende,
envuelto en sombras,
perplejo ante la pregonada exactitud de las noticias.
iiiiii
Después de un sismo
con fueguinas cataratas en el cielo,
del consiguiente silencio
y el denso polvo sobre la hierba,
adviene un ajeno mapeado de la tierra
visitando la senda,
de los muertos entre kefar rosh y el antilíbano.
En clave de osamenta,
morosa descripción
de una anhidra gota que horadó en el occipital
los tiernos pensamientos.
Mapa trazado con pluma estilográfica
de la cual mana tinta intensamente roja,
mezclada con murallas y zanjones,
con trincheras aún de pico y pala
ante la mole que arrasa y nivela,
para que allí haya casas con césped
bien cortado en las afueras,
antena parabólica en los techos,
puntiagudos y artillados.
Trincheras en el tierno corazón,
para un dolor disimulado tras vitrales
de un “todo está bien,
aquí no pasó nada”.
Mientras tanto,
de helechos se puebla la colina
y sobre bancos unos dorados niños,
voraces comen dátiles
y pulpa de nueces en almíbar.
iiiiiii
Palpitante y escondido en el agrio vellón,
que incómodo se asienta
en alguna improvisada cama
de impresentable fonda,
hacia el sur en esta banda,
húmeda banda
en la frontera de un pintado oriente,
pintado entre mustios líquenes
y moribundos pío-píos,
flota un listón terroso,
dehesa para interminable
combate cuerpo a cuerpo.
Combate en el intrincado campo de maíz,
maíz de enero sediento de gotas,
en la exactitud de su reloj gotas de lluvia;
reloj cuyo tic-tac
asiste al derrame de sangre;
como si fuera el tránsito de una culebra,
inofensivo tránsito de chacra
entre los ralos nidos de alondras,
con espejuelos metidos en sus ojitos pardos.
Dolor que accede a una calle contigua y desierta,
neutra calle convenientemente acicalada,
indiferente,
aseada,
aunque los ayes de las víctimas,
inaudibles ayes,
calcinados en plena fiesta de piromanía,
en fila esperen ensayando ecos,
porfiadamente esperen para ser oídos.
He aquí la neutra calle junto a la cual,
se yerguen los harapos de mi puerta.
II
HERIDA + NOVÍSIMOS OBJETOS
i
A novísimos objetos se suma la herida,
a muy antiguos resabios
que a las amoratadas uñas de mis sentimientos
con voracidad mordisquean,
como solapada vinchuca mordisquean.
En latencia ligada a estímulo y respuesta,
con un toque de queda escrito en la barcina piel
desde el cuero cabelludo hasta los pies,
los pobladores eligen cohabitar
en las incómodas fauces del horror,
travestido éste de vecino
que sale con su novísimo objeto,
bolsa navideña
rellena de recién cortado pasto para depositar.
ii
Novísimos objetos por accidente expuestos
en largo muestrario
de viajante excesivamente invadido
por un ácido mador de carretera.
Interminable hilera en medio de árboles,
cajas,
cajitas y cajuelas entre abalorios,
que con inocente ignorancia de su dueño,
también guardan noticias
sobre listas en las cuales
se consignan vuelos
hundidos en un mar de algas,
sargazo y silencio + muerte;
silencio que en su mudez no pesa,
es transparente,
neutro,
producto de la imaginación.
Silencio que de pronto como moscardón
quedó atrapado entre los huesos de las almas;
de sala en sala desde la raíz hasta el pedúnculo,
deambula con sigilo innecesario,
pesadamente quebrantando frágil arrecife de adn,
que como dijes cenicientos cuelga
de su prominente botonera verde caqui.
Novísimos objetos,
esmaltados por la simple
flamancia del presente,
que con cuchilla
en su último tercio los vocablos cortan,
a las palabras pronunciables cortan,
convirtiéndolas en amalteos andrajos,
en diminutas égidas para una lid ante gigantes;
para una lid exenta de bonanza,
escrita en cuartillas mafiosas
por señores supuestamente honorables,
cuando alguno ya sabe aunque nadie
se lo haya contado,
que asimismo la vida sigue siendo
un novísimo objeto,
entre sus diestros dedos de tahúr;
diminuto y fetal objeto breve e indefenso,
el cual metido en las entrañas
de la indiferencia huye,
con un trozo de pan atravesado en la garganta.
En articulación de celda,
pasadizo y lavandería,
adolorido y extrañamente tierno
pan de munición había sido;
pan de munición con agujeros,
asediado pan que viene de ser mordisqueado
por ratas demasiado hambrientas
para hacer distingos,
ratas que amorosamente
en silencio amamantan a sus pequeñas crías.
III
DES-CEREBRACIONES
Novísimos objetos
que desde sus inexpugnables balconadas
de ladrillos y azulejos,
en tramas con el escalpelo del pasado des-cerebran;
en el sueño los halagüeños planes des-cerebran,
en trozos grandes y pequeños.
Con su opaca lamida
al seccionar la vibrátil cola del ratón,
para mayor seguridad binan la dehesa.
IV
EN LAS RUINAS DEL ENSUEÑO
He aquí lo que resta:
andrajos de prendas como testigos mudos,
pertenecientes a batallas calle a calle,
cuyo querellante cuchicheo
en mi oído se aloja;
asido se aloja en la ruina del ensueño,
el cual dormita su siesta nocturna
sobre encapsulados túneles,
que en el mar cohabitan
con el vocinglero murmullo de peces abisales.
He aquí una comprensión anormal
respecto de sucesos supuestamente normales,
inscriptos en la fúlgida nimiedad del universo;
andrajos en precario estado de supervivencia,
andrajos que tiritan
en una chacra de moreras,
a punto de expropiarse.
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5 comentarios -
frugalías dijo...
Noticias y cese de noticias " Un océano en diálogos de pincel
y lengua muerta;
lengua muerta
en boca ligeramente abierta,
abierta para el silencio"
El tema del silencio en un mundo de gritos y violencia debe ser tema obligado de los poetas, personas que se esconden en el rincón para observar.
gracias xavier
hebert abimorad
6:10 AM

Dilaca dijo...
Celebro el descubrimiento de este blog.
11:12 AM

Joup dijo...
QUe es lo que mas ha le ha quedado de la poesia que leyo de el?
porque sé que son a veces algunas lineas las que nos hacen volar...
Besos y abrazos de esperanza!
6:07 PM

Nohemi dijo...
Hola Xavier!
es un gusto saber de ti nuevamente.
Gracias por lo que nos compartes.
Hasta pronto!!
6:31 AM

Cantúa dijo...
Su poesía es un poliedro de asombros, crece como una enredadera y entonces una palabra es una esquina que doblamos para de pronto rozar la otra esquina y otra, reveladoras todas. La sombra del poeta nos espera mimetizada en cada ángulo, esa sombra que perseguimos para desaparecer frente a nuestros ojos, los ajenos, los otros, los extraviados, los que miramos sin ver. Un ritmo que duele en su exactitud escalofriante como un "reloj cuyo tic-tac
asiste al derrame de la sangre,
como si fuera el tránsito de una culebra"
Su poesía conmueve como una flor que se deshoja hasta el hueso de la resurrección.
Reciba un afectuoso abrazo.
Cantúa
10:05 PM
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nota del autor: este texto fue presentado con anterioridad en este sitio, pero en razón de que se tornó incomprensible a raíz de la dimensión de las letras, fue necesario rehacerlo (con variaciones), conservando los comentarios a que dio lugar en esa oportunidad.