Thursday, November 22, 2007

DE LOS MUNDOS SUTILES

I
¡Ay!
Cómo a las escondidas
juegas contigo mismo.
Sin que nadie te lo pida
te vuelves sutil,
un flamear transitorio,
el guiñapo de llamas
que se escapa para no volver.
Recuerdo del pasado
a punto de perecer es tu recuerdo.
II
Cuánta idea que no debió pensarse
te tomó por asalto,
cuánta guerreó
por nada con el ser que presentiste
y por una de esas complejidades era otra cosa.
III
He aquí en un rincón de la sala
el cuadro de familia,
cuya familia por una mecánica razón
de luz y sombra,
de humedad excesiva,
se borró para siempre.
En trenzado papel manila
es cordón atado a un ombligo extra-terreno;
fuera del nido
es huevo abandonado que fue a dar,
con su trama de hierba re-seca
en la cuneta de camino
apisonado por vecinos.
IV
Tan sólo recuerdas palabras sueltas,
incoherentes;
inarticulado vocerío de vocablos
semejantes a maíces,
desgranado en la desgranadora;
sin que haya habido pago ni promesa,
con mezquina quitanza en el bolsillo
es tu discurso gutural hebra de letras,
con las cuales intenta
escribir sobre una dicha,
la felicidad en la espesa grisura de la noche,
cuando todo es borrón sin cuenta nueva.
V
En el revoltijo de los sueños
eres ambigua lamida almidonada,
sin regusto en la boca,
sin aroma exterior para el olfato
que te quite de la invisibilidad y el olvido.
VI
Por fuera,
mientras tanto,
como si fueras banco
entre los atestados bancos de la plaza,
asistes a la persistente
sinuosidad de la caoba,
del bermellón que exhalan
cuerpos y almas hacia un ágora,
cuyo piolín de ideas añades a ésas,
que se dice habitan en un jardín
contiguo al paraíso.
En hamaca de mejillas y carmines,
de ojos ondulados como cresta en la ola
fervorosa del oleaje,
es lo tuyo balbuceo,
duda;
un estar sin estar,
el deceso sin exequias de alguno.
VII
Éste era el final,
la remendada letra del adiós,
un cierre de puertas y ventanas
en las moradas narices de este mundo.
No obstante,
sobre un chapitel hechiceras,
mohínas,
compasivas,
puntuadas en una escala diferente las palabras,
a partir de un sitio insustancial e inesperado,
removieron para mí
su hisopo húmedo de luces,
cuyas gotas se parecían
a hachuelas en un bosque de leche,
con su palpitante ubre encubierta.
VIII
Fue cuando algo dentro de mí como un sollozo,
deslizó su inaudible queja
y entre susurros dijo:
necesito tiempo,
tiempo para mejorar.


"El armonioso flequillo de la telaraña"-pág.35
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No estabas equivocada sabia Mía, es "ésta la remendada letra del adiós".
Es el final, "un sollozo", la despedida de SIGLO XXI-POESÍA-NARRATIVA-URUGUAY.
Les pido a mis queridas amigas y queridos amigos comprensión. Los amo. Gracias a todos, infinito reconocimiento.
Xavier

Friday, October 26, 2007

EN LOS ANDAMIOS


i
ME SUBO A LOS ANDAMIOS,
DONDE PARA DESPUÉS…
...para después,
SE CONSTRUYE EL SOL LA CHOZA DEL AYER.
Ii
AQUÍ TODO ESTÁ EN OBRA,
ES COMO SI COMENZARA AHORA,
lo de ahora.
Iii
UN CARÁMBANO DE CENIZAS
SE TREPA A mis CABELLOS;
EL RESTO ESTÁ ENCENDIDO
DESDE LAS UÑAS,
HA
STA LOS ANDARIVELES EN LOS CUALES,
EN MIS OREJAS ZUMBAN LOS SONIDOS.
Iv
En este lugar con la noche sueña la copela.
Como no se puede,
con el crepúsculo sueña
y una arañuela de sombras,
que teje EN EL primor su telaraña.


Sunday, September 16, 2007

SE PIENSA

I
Dulce es el olor de la gloria,
aún en ciernes.
¡Qué poca cosa es para él,
que sopla sobre un rescoldo a punto de ser ceniza,
blanca ceniza!
II
En este curvo avatar,
insalubre de idas,
pretencioso de vueltas,
dando tumbos se escurren como el sol las horas;
hacia un antes-después en el cual,
tiempo y espacio para decir lo menos,
son objetos absurdos,
vaga lumbre en la niña de una ceguera móvil.
III
Mientras tanto,
es la memoria 1 barril sin fondo.
En el fondo,
jugando,
detiene el moho tal si fueran estrellas a un par de nubes;
para que se fijen en el cielo las seduce,
engaña y entre trazas amarillas,
reconstruye en ese tapón obras de arte;
tizianos (con el color),
michelángelos punto por punto
con la grisácea punta azul de un lápiz.
IV
He aquí lo casual de orilla a orilla.
Con sus meandros en las puntas de los dedos,
el flóculo de luz que forcejea;
como un todo resbala en rasa tabla,
son incesantes sus gotas,
lagrimea,
como si fuera húmeda mejilla de otro mundo,
olvidado,
en el pesadillesco gorgoteo de este mundo.

Sunday, September 09, 2007

DICTADO

I
¿Cómo explicar?
Es este un mundo imaginado que se olvida;
en cola de poca crin,
la mínima incisión de los sueños
recargada de artefactos y comidas.
Un mundo en el cual
comer ha dejado de ser acto necesario,
aquel para conservar la vida.
A causa de la ausencia de mayores obras,
medianas,
pequeñas,
es el entorno bostezo entre 2 números,
monopolizados por la azarosa cuenta de azar,
desvanecida en las horas de la tarde que se acaba.
¡Ay!
baila la luz horizontal,
dorada,
en el fondo de la arboleda,
estatuaria,
papel pintado que se fija en esa hondura
con tachuelas.
II
Habiéndose entornado los postigos,
según la conveniencia del momento,
+ acá de que un pequeño sirviente rasurara el bolillero,
declarando estos son,
tan sólo estos,
juntó la realidad sus pedazos harapientos,
esparcidos en el verde carpetín del suelo.
III
Casi después,
oculto entre bambalinas,
para desde allí en un regodeo observar la escena,
de un mundo imaginado que se olvida,
ha dejado el niño en su canto un dictado con 2 números,
uno que fue,
otro que pudo ser,
para el día y la noche siguiente con su amanecer.


Thursday, September 06, 2007

CU-CÚ DE MEDIANOCHE

I
Cierro los ojos,
¡no!
no es sueño ni remembranza,
se anestesia el alma de etiqueta vestida para el olvido.
En macizo follaje de bosque,
agua,
media agua y tejados,
he aquí el ubicuo hueco en la cama que es nido,
escondite para macabros juegos con melancólico sosiego,
quietud envuelta en el almizcleño pelo de garduña,
bajo denso edredón desnuda,
de plumas negras y carmesíes.
II
He aquí un no ser
que se pide prestado al derrame en la cuchara,
allí donde gotea el alma un fino hilillo,
oblicuo a causa de la brisa,
tal si fuera pichón que forcejea,
sobre raspado rigor en mar de piedra.
III
Que a sí mismo se acompaña
he aquí un labio trémulo de miedo,
en cuya boca canta el diapasón que baja,
se asordina y al empujar sus alas,
sobre enjuto cuerpo de nada
al silencio cede su vuelo;
de quietud aquejado muere,
con tiza y sombrilla junto al borde de la gota muere,
en la concavidad de la cuchara hambrienta.
IV
No,
no habrá lugar para flor de adormidera,
ni éste será semi-soñado sueño
al amparo del mórbido vapor de la seroja,
puesta como fácil insumo
junto a la cilíndrica esquina,
de un acurrucado no te muevas.
V
Es hora de asear,
de ir en busca de hierbas,
palos y palitos,
de entretejer unas cosas con las otras.
Es hora de ventilar la molienda de maíz junto a la entrada,
ésa desde la cual el cu-cú saluda en medianoche,
saluda y hacia su jardín vuela,
de anémonas y lilas.





Thursday, August 30, 2007

DE BOCA A BOCA

I
Es esta una colina blanca con pingüino.
Colina en boca de escenario,
boca de ensayo
en las constipadas narices del verano,
con pingüino.
Boca que se auxilia de lengua,
de huecos y dientes carcomidos,
de ungüento sagrado que saliva,
entre improperios los supuestos cantos,
de la nueva vida.
II
Pasajera ilusión con fumarola es esta boca,
humo que en son de guerra invade la caverna,
en la cual se refugian soñolientos corazones,
que huyen sin saber porqué.
Boca que acomoda sus labios en la trinchera,
los frunce con latidos prestados por el miedo,
al tiempo que todos parten por comida,
siguen como pichichos a la muerte,
cuyo olor ensucia oasis con arena.
Tal si fuera anguila en tiempo de sequía,
he aquí haciendo trampas el tubo digestivo,
en plena travesía desprendido,
entre la diminuta ellis
y el mar de sargazos allende las antillas.
III
En esta fiesta entorno a pieles,
asidas con estacas al oxidado pasto de la hierba,
un mozo en blanco con manjares
atiende otra boca dispuesta sobre plato;
boca muerta con mantel debajo,
con cinc debajo que se abre en grietas,
con banco + debajo tal si fuera trono,
conciencia,
que en el ano hormiguea de acólitos y obispos.
En la cresta de un suspiro y boca abierta,
es esta colina + pingüino
tira con drama que se corta y re corta,
se tuesta en maní con caramelo,
según el dueño del diario que se apila,
en la madrugada entre canillitas.
IV
Para entronizar aún + el torvo escrúpulo del alma,
con voz de mujer adolescente,
después,
entre susurros,
se dijo al ejército de soldaditos,
ataviado con peluche de sombra y arboleda,
que habrá siesta hasta el amanecer.
He aquí abjuraciones vomitadas
en agujero de la tierra que re vive
y sin querer es gólgota,
entre otros cráneos rapados hasta el hueso;
gólgota carpido y re carpido
en el dócil escarpe de este mundo,
expuesto a la invasión del bisturí cosmético;
gólgota con palacios
por encima de la calva construidos,
y es ya demasiado tarde,
para rescribir la historia guardada en su mochila;
gólgota con raíces de higuera por debajo,
muertas de miedo.
V
He aquí una colina blanca
que ha vuelto a ser colina,
sin pingüino;
éste en adelante será un dato,
taxonómico,
clasificado en vidriera para enhiestas criaturas,
en apariencia vivas,
taxidérmicas.
He aquí boca de escenario abandonada
porque a hacer boca todos se habían ido;
en la trinchera tan sólo hubo saliva
remojando hebras de tabaco,
pegoteadas en la redondez de labios
que tan sólo saben,
el lenguaje de los sueños.
VI
No importa cuantos duendes en ese bosque hubo,
cuantas calaveras.
No importan las crucifixiones,
ellas son sangre en los harapos de la brisa,
in apariencia.
He aquí una boca de escenario
en el medioevo de este mundo,
con teclado,
charanga y pandereta;
sitio de retiro hollado por turutas con corneta,
puestos allí para cuidar zancos
y zapatos claveteados,
clavos de oro y plata
hundidos como pitas en cuero carmesí,
pertenecientes a gente vinculada al golf,
mezclada con turistas y señores aprendices,
provenientes de la embajada en este suelo del japón.