Saturday, September 09, 2006

EN EL LINDERO CAMPO DE POPOTES

Este trabajo está dedicado a J.J.Cantúa, poeta y ensayista
sonorense que se publicita a través del blog
TATANKABRÓN. J.J.Cantúa no solamente es un desta-
cado hombre de letras, es también un espíritu altruista,
un generoso de alma. El honra a los ex-colonizados
de este continente.
I
Se aprieta el papel sobre la mesa,
la llama es 1 fósforo a medias.
Qué simple 1 a+b en este punto de la historia.
Cuántas cosas ajenas,
innecesarias,
en el glotón ensucie de sangre,
que da el bote y acierta
con un campo de popotes,
sembrado en la reconditez del occipucio,
en el cual el axón se despereza.
II
Antes de que el cabo llegase
se calcinó la prueba.
En este fugaz ahora una ligera brisa basta,
basta para que se bambolee
la amarillez de la ceniza.
Todo parece estar bajo la exigente lupa,
lupa de un microscopio comprado en el bazar,
recorte en la arboladura del axón
en procura de pescar a las estrellas,
estrellas fugaces.
Pero ¡ay! yo sólo sé,
sé de tanteos con desmayada yema,
yema que me prestó una deidad
cuando los de esparta alzaban su tapia,
una tapia caliente en el desfiladero,
para no morir.
He aquí el degollado remedo
de números y letras
que puede ser una cosa u otra cosa
y por tanto ya no sirve;
no sirve para aquéllos insistentes,
que a la puerta golpean
y se rasgan los vestidos,
clamando por certezas insensatas.
¿En la madera?
Ligera mancha como de sudario
que se repite una y otra vez,
una y otra vez hasta desaparecer.
¿+ tarde?
Qué poco importa un + tarde.
+ tarde es popote consumido
entre las pinzas de estambre
que esparció el silencio,
las esparció como ganzúas
en la oreja de los 4 vientos.
4 vientos que al emigrar llevaron,
(nada es enteramente hermético),
en sus mínimas cajuelas cautivo llevaron,
al polifónico encaje de todos los sonidos,
los vivos sonidos
y los sonidos muertos de la chacra.
III
He aquí la externidad.
¿Cómo describirla?
Góndola desprovista de canal,
de agua al ras,
de turbiedad,
de lodo solidificándose
en el amarronado fondo de la laguna.
Se juntarán zapatos,
los zapatos de la boda;
un trozo de velvetón granate con sus 3 puntas,
puntas para la suerte anudadas;
el camisón rosado,
la camisa con tablas
y una hilera de botones;
botones como luna menguante,
cicatrizados en un colectivo de ojales,
ojales que habían sido bordados
con el hilo de la vida.
IV
Todo fue muestrario que se metió en la caja,
caja necesariamente inclinada
para una mejor exposición.
Los supuestos vestigios
fueron metidos así como se mete,
un pío-pío muerto que espera sepultura;
absurda sepultura en el campo de popotes
al axón aquel lindero,
que tan sólo quería
desperezarse sobre la paja
del dormido bálago escobero.
Amarillentos popotes
en cuya raíz el resplandor anida de una llama,
tenue humo de llama
que crepita en un fósforo a medias,
mustio y lento,
sin apuros.
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