Sunday, June 24, 2007

AZAHAR

//Desde un sitio a otro sitio se transportaban los acordes de la sinfonía nº.1 de ludwig van beethoven. En apariencia todo daba vueltas según lo que se había escrito en la pauta del papel//
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Una dedicatoria: para MÍA, bloguista española, experta en
arte y en las artes del corazón; transida por la adversidades de
la vida, a las cuales enfrenta tomándose de la mano invisible de
la creación. Su blog: http://mialuaf.blogspot.com
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I
No sabe el limón,
el limón no sabe que fue azahar
en la planta del naranjo.
II
Entre artefactos luminosos y obscuros
la tierra intuye,
con inocencia intuye que es un dato,
en el cerebelo equivocado
de otro matraz:
silueta que gotea papel carbónico
de inacabado espiral,
que aún no es espiral.
III
No es,
y he aquí el des-favor,
insertado en una pieza de teatro
con poeta muerto.
IV
Pieza para estrenar
cuyo guionista ha tachado,
ese fugaz pasaje
·de al no ser ya es,
ya es con forma de mujer,
con un sexo
y unos deseos locos de abortar,
abortar el engendro,
abortarlo
entre las llameantes alas de un ángel,
ángel de la guarda que no sabe,
cuando depositó
el azahar del limonero
en el naranjo en flor·.

Saturday, June 16, 2007

RATÓN Y RATÓN

Con esta poesía vaya mi reconocimiento y homenaje a Lully
(http://reflexionesaldesnudo.equinoxio.org/) “estuve en una
iglesia y miré cómo, una veladora ofrecida a mi nombre, ilumi-
ba otra con su llama . La razón de ser de nuestra existencia es
ésa, iluminar...”
Lully es una joven colombiana nimbada de valor y coraje.
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I
Arriba,
sobre la opaca lámina de vidrio
las manzanas.
Más abajo,
encima de una rojiza madera de haya,
en su flamancia
el desbordado y humeante pocillo de café.
Delante,
midas en otra dimensión
en la rinconada el ratón,
doméstico,
imprudente,
dueño de casa
lame su hocico húmedo y reluciente.
II
Mucho después,
en la edad media de los años cincuenta
ese ratón,
ajustándose a la gordura de mi empeine
rectificaba distancias,
la senda,
el nuevo mundo,
dando punzantes toquecitos
en los corvejones de la bestia.
En ese entonces,
hacia un ignoto paso de fronteras,
era yo hidalgo ascendiendo la colina;
viaje en el cual el alma
cargaba con la osamenta
y su soñada sangre.
III
Delante,
a semejanza del ratón dueño de casa,
con vísceras dentro,
con vísceras fuera,
llameante relucía la revolución.
Por debajo,
el mosquitero de la noche anterior,
cruelmente agujereado
por contundente material de obús,
perteneciente a la guerra anticipada
que se olvidó,
lucía como ajuar de novia
que también se olvidó.
IV
Ahora,
en este instante,
desde arriba ruedan las manzanas
sobre la vieja haya colorada,
llevándose con su ímpetu el pocillo de café.
Más arriba,
retorció la metralla el pálido techo de tejas,
haciéndose la luz.
V
Abajo,
junto a los corvejones de la bestia ya tumbada
se lame el hocico aquel ratón.
La casa en ese entonces
había dejado de ser mía y de ser suya;
casa que fue y dejó de ser,
sin siquiera haberse transformado
en otra cosa.
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Páginas 66 y 67 de Cuando huye el día- 2003

Wednesday, June 06, 2007

UN PESO DE 40 KILOS

Para todas las mujeres torturadas en mi pobrecita américa, en los años 60,70 y 80 + plomo
´´´´´´
Se termina la calle,
no es más la chacra incauto refugio de gorriones;
desde el cielo
o desde las entrañas de la tierra
un par de mosquetones se perfila;
con caramelo derretido en las empuñaduras,
goteando sobre turbios adoquines
la exacta derrota asaz planificada,
en el abigarrado cuarto donde se depositan los alambres,
junto a guturales adioses a la vida.
Cuarto en el cual descansa
sobre incómodo camastro de fajina,
la cajuela de metal
con sus adarmes dentro;
entre ellos temible el fino estilete azul cobalto,
convenientemente desnudado de bueyes insepultos
y sepultas zanahorias,
con los cuales a esa hora en su casa juegan,
los hijos del mochín entre cartones pintados e historietas.
Pronto para la descarga
un poco por debajo del 220,
ha quedado el celular en su furgón de fondo.
Pidiéndose prestado un juego de dados a la muerte
he aquí el armado desde adentro
de una prolongada noche comandada por tahúres;
que de pronto se puebla de silbidos,
salsas y cumbias estridentes,
campo sonoro para el disimulo.
En este ámbito de pozo con cerrojos
el dolor aguanta las palabras
hasta la última ocurrencia,
con su presentido ·bamg· de medianoche
áspero y frío.
Disparo que mezcla la cerrazón
del cielo encapotado,
con los humeantes cartílagos
en los cuales desesperadamente,
araña la vida en sus entrañas
un espacio de tiempo + limosneada yapa,
con el solo resalte de un mauser
supuestamente de juguete,
(¡oh incauta ilusión,
dibujos de paraísos en el cielo!),
ostensible en la mochila gris
de quien ha llegado recién,
ese mochín con niños jugando en la casa,
para adueñarse de la víctima de turno.
Se trata de una mujer que desnuda mira el cielo raso,
tachoneado de herrumbrada hojalata y sin querer,
por debajo de su iris castaño
con martillo y corta-fierro dibuja
la perennidad de un tiempo que no pase;
sin después,
sin precipicio;
la simple felicidad de aún sentirse viva
y que eso continúe,
continúe,
mientras el atormentador
después de colgar su alargada piel,
sintética piel sobre una estaca blanca como hueso,
atemporal y sin el menor apuro
hunde sus largos dedos pálidos en la caja;
como queriendo fabricar cerámicas
al tiempo en demorada orfebrería,
rebusca entre alambres y fusibles
el inexacto instrumento,
ni + ni menos para una joven edad
y un peso de 40 kilos.
><><
De “Ser joven lleva mucho tiempo”- pág. 34-35
(nueva versión)
nota de diccionario: mochín--->verdugo