La memoria,
gorda panzuda en estado de anorexia
con el gánsico paso del tiempo se desploma.
¡Cómo canta la felicidad tras bambalinas!
El ensayo ha de comenzar y en cada asiento,
se arrebuja goteando vanidad
sobre la lima y el limón
del velvetón amarillo,
la nada inexplicable.
Todo lo demás ha quedado fuera
y para siempre,
es cosa de vestíbulo y tualet,
adorno innecesario de organdí,
flotando
sobre la obscuridad
de gobelinos
que su marca medieval han dejado en la pared.
De Cuando huye el día-pág. 68
gorda panzuda en estado de anorexia
con el gánsico paso del tiempo se desploma.
¡Cómo canta la felicidad tras bambalinas!
El ensayo ha de comenzar y en cada asiento,
se arrebuja goteando vanidad
sobre la lima y el limón
del velvetón amarillo,
la nada inexplicable.
Todo lo demás ha quedado fuera
y para siempre,
es cosa de vestíbulo y tualet,
adorno innecesario de organdí,
flotando
sobre la obscuridad
de gobelinos
que su marca medieval han dejado en la pared.
De Cuando huye el día-pág. 68
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