Monday, December 18, 2006

EN LA GAVETA DE ARRIBA

En su aniversario, poesía dedicada
a la poeta Silvia Aída Catalán("alas rotas"), natural de San
Nicolás, Rca. Argentina, antes que nada una
entrañable amiga.
I
Laberintos,
madrigueras,
escenario de caza en intrincado bosque.
He aquí el dolor,
en un fúnebre abrazo con la vanidad,
metida ésta hasta el meollo
+ papel y engrudo,
en los 2 inquietos ratones
que cuelgan de mi montura.
II
En la gaveta de arriba busco
mi libertad perdida.
Con el afán de que no fuese lastimada
por el vaivén,
la negligencia y el pisoteo de otra gente,
la dejé en ese aposento cuando salía.
Otra gente
para la cual revisto como criado,
criado de llevar y no llevar recados,
regalos y en el + riguroso de los bolsillos
veneno ardiente,
que da manotadas y en la transparencia hace treta,
mezclando su olfato
con el aroma de la rosa.
III
Qué de insatisfactoria
se torna para ti la vida.
Te escondes en la oquedad
saliente de tu cama,
para asediado por el sueño y la fatiga,
con dedos de cabritilla
manipular entre cuidados,
suavemente ese plumaje untuoso;
plumaje que al salir
guardado quedó en la cima,
intermedia junto a la bóveda del cielo.
Péñola de alondra
que muerta aún se asusta,
como si detrás de la muerte
espiara la vida para siempre;
mojada y ya sin alas,
con inmenso miedo
escondido en un rincón de sus entrañas.
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En el barrio del cordón, junto a la puerta de hierro hoy tumbada, de un liceo nocturno que se esfuma en los envoltorios de una densa niebla.

Friday, December 15, 2006

POESIS BREVIS I (HÚMEDOS SUEÑOS)

Este poema está dedicado a Nohemi, una chica natural
de Monterrey (México). En ella conjugan sin en-
torpecerse, la belleza corporal con la del alma.
Es una entusiasta difusora de la poesía contem-
poránea, que utiliza el medio facilitado por in-
ternet para hacerla llegar más lejos.
Su blog: http://nohemispaces.spaces.live.com/

I
¿El dolor?
Es remedio el dolor.
II
¿De los sueños?
Qué debilidad del alma son los sueños.
Vidrio que se rompe antes del vidrio
son los sueños.
Estrepitosa ruptura
en el impenetrable y diáfano
santuario,
del alma son los sueños.
III
Lo demás es desaliño,
percal aún en hebra.
Cosa de máquinas.
Ni siquiera cosa de maquinistas
son los sueños.
IV
Aún no se ha nacido y ahí,
globulosa,
al injurioso viento de la noche expuesta,
a la poliédrica sequedad del día expuesta,
la tierra expuesta está,
momificándose.
Donde debe estar la tierra está,
antes que tú;
después de ti momificándose.
V
Incomprensiblemente antes que tú;
la tierra para recordarte,
para en su gleba arroparte;
para cubrirte
con áspero traje de sales
está la tierra,
para entibiarte mejor.
VI
Húmeda,
fría tierra
que se excusa desde el escusado.
Se excusa por el dolor,
su panacea.
Se excusa por los sueños,
húmedos sueños.

Sunday, December 10, 2006

COMPROBACIÓN

I
Esa voz está demás;
no obstante en el espectro
de sus cuerdas
tañe el silencio
una inaudible canción.
II
Cabe aquí contar
con los dedos de la mano,
una basta.
Al contar,
ella no está dentro,
no está fuera.
Tan sólo el artefacto
que al desmontarse repite un número,
memoriza un número de pétalos.
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Wednesday, November 22, 2006

EN ESE LUGAR

Esta poesía está dedicada al joven Miguel
Gómez, natural de Barcelona. Miguel se co-
munica con el mundo a través de su blog
POESÍA CASTELLANA
http://uninstantedepoesía.blogspot.com
Miguel cree en lo que aquí se escribe, es
un entusiasta a quien se agradece; cuando
se trata de poesía (que de paso encierra
cierta dificultad de comprensión o de otra
manera, debe ser leída con los ojos muy
abiertos), los entusiastas no abundan, los
consecuentes escasean.
I
¡Ay! qué viejo es este cuento.
Cuántas veces contado.
¿La vida?
qué ilusión,
qué huérfana y proscripta;
como si estuviese muerta
qué diabólica en estado solitario.
II
Cuando en ti pienso
edifico una ciudad dentro de mí.
Me salen calles,
alcantarillas,
escusados;
la cama de uno del cual dicen
ha muerto en medio de la habitación,
en la dulce compañía
de ángeles marchosos
echado sobre el pecho como en cuclillas.
III
Paredes y algunas ruinas
de ayer y de hoy,
sobre otras de antes-de-ayer
que ni se sueñan.
En un costado del mundo mesa,
sobre su herida franja de madera taza vacía;
en el mal lijado desierto del presente,
la hornalla encendida
y el casi inaudible silbato
de la caldera encima,
que para nadie repite sus noticias.
IV
De él,
de ella,
¿qué decir?
Cuando llegué ya no estaban.
Alguno dijo que esa noche allí durmieron;
en ese lugar,
en el cual la vida es ilusión,
un relampagueante hervor de lluvia
que tira baldes para dentro de la lluvia.
¡Qué frágil la memoria,
cuán veladas lucen las historias
de las criaturas que a mí me importan;
por ellas abreviaría
ciertos campanarios en el cielo!
Manotazos doy en la niebla,
en busca de alguna certidumbre.
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barrio del cordón-en un sitio entre el sub-suelo y la tierra, en el cual solía ensayar EL AULA, grupo legendario que se extinguió cuando el liceo nocturno fue cerrado por reformas por los años 50, que se esfuman de la memoria y son niebla,
nada + que niebla.

Monday, November 06, 2006

EXTRACTO CON APUNTACIONES

I
Se avanza en un océano,
entre fosforescencias.
La navegación
es como caminar sobre agua
espolvoreada con alquitrán y brea;
navegar es hundirse en los repliegues del oleaje,
darse por muerto
y salir a bocanadas escupiendo sal.
He aquí la mordida en las palabras,
esas faltantes,
que no salen en la fotografía
por haber llegado tarde
o en pleno tránsito en la glotis,
guturales,
son gruñido.
He aquí los imperfectos
desgastes de los pasos,
pasos del tiempo
que transcurre entre los pasos,
cuando se pisa sangre,
albañal sin conducto de salida,
bien cortado césped
junto a la puertita del vecino,
que sentado en un diván granate
aguarda visitantes.
He aquí la tarea
en cuanto a conformar extractos
hurgando en los intersticios de los pasos,
para saber si aún es posible
apuntar en el libro
de lo hecho y lo deshecho,
en su birlí fantástico
lo mínimo y lo máximo,
la mística mesada en igualada letra.
Letra transparente que se guarda
en la ventral bolsa de un hipocampo
a punto de dar cría,
no hay otro postillón en este mundo.
Letra en la punta de una lengua viva
y en el enmudecido tronco
de una lengua que se supone ha muerto.
II
En estos pasadizos
de + en + estrechos,
con herramientas mínimas y toscas
apuntar aún en la cristalina
y rugosa superficie
de un diamante no labrado,
válidas referencias
sobre la vacua transitoriedad de la vida.
Tras un ayuno abrevado
en recolección e inocencia,
pescar en laguna
entre estalagmitas,
con un hamo del alma inaparente
discontinuidades,
ladrillos y hueco en la pared,
entre los cuales para no ser vistos,
se alojan gabarros donde hierve la vida
y asimismo,
gruñen su gorgor
presentidos barruntos
referidos a la muerte.
III
Una punzante libreta de apuntes
fuertemente asida
al axón de los afectos;
inundada de birlí,
sólo birlí en soledad.
En la cabellera un agitado cielo,
en los pies zapatos de un derviche
que baila por él y por quién escribe,
esta ·encriptada· esquela de periodista
para un diario que se apila,
en el cuenta-gotas lumínico del amanecer.
IV
Junto al océano,
anegado por la obscura goma roja de la brea,
los quiquiriquíes de los gallos,
envueltos por la densa copia
de una ´mariamol` allí existente,
picotean el silencio,
desangran
los anaranjados barrotes de la aurora
tras los cuales,
la noche es un dato incomprensible.
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barrio del cordón- en el campo del
cardal, junto a la tapa que guarda
la entrada hacia el escalerín portátil,
desde el cual se está llegando al sub-suelo
primero del liceo nocturno, cerrado por
reformas desde los años 50

Tuesday, October 24, 2006

EN EL ÁMBITO DEL CEÑIDO Y BREVE BOLSILLO DE COSTURERA

I
Dicen que hemos olvidado,
que olvidándose es la vida un lento,
involuntario y goteado
aprendizaje de la muerte.
¡Qué lástima!
es tan poco y valioso el tiempo.
Dicen que es muerta letra
la que cobijamos en el cambiante
albergue de la sangre.
He aquí la sangre déltica,
arrinconada,
dando golpes de martillo
en huesos y cartílagos,
según un diapasón cuyas reglas
se presumen en + o en menos,
en poco y nada.
II
He aquí la ignorancia
y su cortejo de sabiduría,
ubicuos en la litera de un avahar tibio-frío,
transido por diafanidades
y repentinas fumarolas;
avahar que transcurre,
cambia,
se prende a los muros superponiéndose;
como si nada tuviera principio ni fin
oculta noticias,
suelda unas noticias nuevas
con otras noticias viejas.
Prende por un instante una fugaz cartela,
en la cual alguno insinúa
que todo casi no pasa.
III
De ex profeso quizá agujereado,
con frecuencia se nos cae alguna letra,
perteneciente a ese breve bolsillo
zurcido por hábil costurera;
es polizón que en alguna parte llevamos sin saber;
el cual debiera ser bolsillo fácil para la exploración,

pero en razón de un pertinaz malabarismo
es bolsillo que se esconde para jugar.
IV
A causa de estos despistes de selva con esquina,
el cráter de nuestro galimatías
es moribunda letra liberándose,
a partir de un orificio que no obstante,
para nosotros pertenece
a esa suerte de manantial velado,
oculto cuya raíz se despedaza
entre las pardas tripas de la gleba,
que a su vez se despedaza
bajo la incansable chaira de un arado
cuyas rejas,
dentales y cuchillas al voltearse destruyen,
reconstruyen,
acicalan,
alteran a través de una sinécdoque,
recortada de libro inubicable,
apócrifo,
excluido del canon de una biblia
que se escribe.
Visible para unos,
invisible para otros.
Sinécdoque que muda de continuo
y al mudar altera el complejo
e impetuoso sentido de las cosas.
Al recortar las raicillas
de la prístina hierba,
el desafiante filo de la navaja instala
en el intrincado sub-suelo de lo simple,
un reflejo de espejuelo
atonta alondras,
que se apropia del sol a dentelladas.
En estas circunstancias,
lo que vendrá ha de ser producto
de una herida para la cual,
morir sería una increíble aventura.
V
Qué lastima,
ella es tan sólo trabón
en la piel del artefacto,
postigón en entraña de loza que la escupe,
como si fuera sangre desde boca ensangrentada.
Qué lástima profirió el moribundo,
cuando por fuera se cuelga del andamio
diminuto cartel refunfuñando
un cerrado a causa de reformas,
que herméticamente cancela
todo posible trato entre la herida y la muerte.
VI
Mientras tanto,
de ese bolsillín zurcido por costurera,
en el cual con lo fugaz se juntan los sentidos,
en busca de cofre,
celda,
banco de sollozo,
emerge un titiritero de subsuelo,
el que momentáneamente sin trabajo vocifera:
si aún es posible la sobre vivencia,
lo que vendrá ha de ser tan sólo gruñido,
de teatro + marionetas;
éstas provisoriamente puestas dentro,
en la intrincada angostura
de un armario en casa de comidas,
cuyos intersticios huelen a sebo en cautiverio.
VII
A la vera,
en el sitio donde la felpa
rellena agujeros dejados por agujas
y pespuntes en despiole,
lindante con sombrío territorio
sembrado de marquesinas en desuso,
por fuera de la ilusión cae un chubasco,
cuya tibieza la mustiedad agobia
de las semi-amarillentas hojas
de árboles y arbustos,
dispuestos en incompleta hilera;
de este lodazal quizá se salve
el deshilachado arco de un violín
depositado en el rincón de la vidriera;
arco de violín junto al atril,
atril aún vacío de anotaciones con papel,
anotaciones y ganas de tocar,
locas ganas de tocar un grave sonido en fa;
se sospecha,
el obscuro tañer fue colgado
por guido aretino en otro ·bolsillín·,
en el cual las notas del solfeo,
ingrávidas,
como cabras en redil se resisten,
a toda posible melodía.
VIII
Después de tormenta en otoño
lo aquí escrito se asemeja a flores,
pezones y por fuera,
un halo de hojas muertas que palpitan.
En recinto no + ancho que un armario,
expuesta al vaivén del viento
tarea vestida de blanco y amarillo
para atrapar alguna clave,
que explique si se está vivo o se está muerto.
Hojas asidas a las poco inteligibles letras
con el apuro del dolor escritas,
sobre otras escritas a su vez
por encima de un raspado palimpsesto;
embebidas ambas de respingadas gotas
pertenecientes al intacto animal
que éste lleva dentro;
animal que se finge no haber visto
para olvidar que la vida es un lento,
voluntario y goteado aprendizaje de la muerte.

Saturday, September 09, 2006

EN EL LINDERO CAMPO DE POPOTES

Este trabajo está dedicado a J.J.Cantúa, poeta y ensayista
sonorense que se publicita a través del blog
TATANKABRÓN. J.J.Cantúa no solamente es un desta-
cado hombre de letras, es también un espíritu altruista,
un generoso de alma. El honra a los ex-colonizados
de este continente.
I
Se aprieta el papel sobre la mesa,
la llama es 1 fósforo a medias.
Qué simple 1 a+b en este punto de la historia.
Cuántas cosas ajenas,
innecesarias,
en el glotón ensucie de sangre,
que da el bote y acierta
con un campo de popotes,
sembrado en la reconditez del occipucio,
en el cual el axón se despereza.
II
Antes de que el cabo llegase
se calcinó la prueba.
En este fugaz ahora una ligera brisa basta,
basta para que se bambolee
la amarillez de la ceniza.
Todo parece estar bajo la exigente lupa,
lupa de un microscopio comprado en el bazar,
recorte en la arboladura del axón
en procura de pescar a las estrellas,
estrellas fugaces.
Pero ¡ay! yo sólo sé,
sé de tanteos con desmayada yema,
yema que me prestó una deidad
cuando los de esparta alzaban su tapia,
una tapia caliente en el desfiladero,
para no morir.
He aquí el degollado remedo
de números y letras
que puede ser una cosa u otra cosa
y por tanto ya no sirve;
no sirve para aquéllos insistentes,
que a la puerta golpean
y se rasgan los vestidos,
clamando por certezas insensatas.
¿En la madera?
Ligera mancha como de sudario
que se repite una y otra vez,
una y otra vez hasta desaparecer.
¿+ tarde?
Qué poco importa un + tarde.
+ tarde es popote consumido
entre las pinzas de estambre
que esparció el silencio,
las esparció como ganzúas
en la oreja de los 4 vientos.
4 vientos que al emigrar llevaron,
(nada es enteramente hermético),
en sus mínimas cajuelas cautivo llevaron,
al polifónico encaje de todos los sonidos,
los vivos sonidos
y los sonidos muertos de la chacra.
III
He aquí la externidad.
¿Cómo describirla?
Góndola desprovista de canal,
de agua al ras,
de turbiedad,
de lodo solidificándose
en el amarronado fondo de la laguna.
Se juntarán zapatos,
los zapatos de la boda;
un trozo de velvetón granate con sus 3 puntas,
puntas para la suerte anudadas;
el camisón rosado,
la camisa con tablas
y una hilera de botones;
botones como luna menguante,
cicatrizados en un colectivo de ojales,
ojales que habían sido bordados
con el hilo de la vida.
IV
Todo fue muestrario que se metió en la caja,
caja necesariamente inclinada
para una mejor exposición.
Los supuestos vestigios
fueron metidos así como se mete,
un pío-pío muerto que espera sepultura;
absurda sepultura en el campo de popotes
al axón aquel lindero,
que tan sólo quería
desperezarse sobre la paja
del dormido bálago escobero.
Amarillentos popotes
en cuya raíz el resplandor anida de una llama,
tenue humo de llama
que crepita en un fósforo a medias,
mustio y lento,
sin apuros.
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Monday, August 07, 2006

PAQUETE CON REATE-PAQUETE SIN REATE

PAQUETE CON REATE
I
Como riendas en caballos alazanes,
difuminados tonos pardos y amarillos
se alejan.
Cerca,
en su desdentada boca
mastica la noche
los últimos pellejos de la luz;
junto al sanjón y lisura de las cosas
nada en apariencia sucedía;
en medio del torbellino
de lo que no obstante daba giros sin cesar,
pétrea,
se instaló la quietud;
en su polvorienta butaca de reposo,
como si fuera un no descifrado icono
reposaba,
desentendiéndose
de lo grande y lo pequeño,
de lo visto o de lo que alguno
imaginaba que veía.
II
Tarde,
+ adelante o + atrás en la misma senda
que ya no era la misma
pero tampoco otra,
sentado sobre banco
angosto y menos largo,
que los comunes bancos
habidos en ese allí casi sombrío,
musitó un señor a alguno
quizá su acompañante o quien creía él
que le acompañaba entonces,
que la vida es eso:
una límpida sucesión
de correntadas
con agua ligeramente turbia,
que de pies a cabeza te remoja;
tu desnudez sumerge
en el belez de sudorosa muchedumbre
que no ve ni huele tu presencia.
Mas he aquí que de pronto
esa humedad se anhidra
y sobre tu piel rechazas toda prenda,
toda chinela
aunque fuere muy liviana y sin calzar.
Rechazas a causa de ardoroso temor
en cuanto a que,
esos torpes lacillos
de lino y lana basta,
envejezcan
contra tus huesos milenarios,
y sean confundidos éstos
con la porosa respiracíón de la basura;
basura que mientras tanto
espera en el tanque
a voltearse en otro tanque después,
ahora.
III
Si ello ocurriese dijo aquel señor:
habrá paquete con reate,
desde el cual asomarán
pelos hirsutos y rebeldes,
pelos crecidos donde todo decrece,
se apelotona en el grasiento pelotón
+ de la cuenta engordado en el otoño;
otoño que confabulado
con las nocturnas sombras de achique,
in matiza lo fugaz,
parte en trozos desiguales los tonos,
pardos y amarillos que ya no son,
simplemente no son,
salvo los rebeldes pelos
que no cesan de crecer.
Como chacra en ·des-uso·,
en el rosado ano de la naturaleza
pueblan lo ya enmarañado
con indóciles brácteas
y caprichoso castillo
cosméticamente almenado,
para que nada se pueda ver,
salvo los rebeldes pelos
que no cesan de crecer.
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PAQUETE SIN REATE
Inmatizada,
fugaz,
huidiza,
montada en algo
que se parece a bicicleta
junto a él pasó la vida.
Ante este ventarrón de entre casa,
su reloj interior
se resbaló por fuera de la vista,
ganando como una mimética criatura
de los bosques el envés de la viruta,
tan prolífica
en el descascare del otoño.
He aquí un parto,
el fin del mundo
sin bebé ni parturienta;
un aquí no pasó nada,
tan sólo fue la fugacidad del viento
montado en bicicleta,
o un paquete sin reate
que semejándose a gotas
grises y opacas,
se diluyó en el charco
agrandado por la lluvia de esa noche,
nada +.
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Saturday, July 29, 2006

SUSURROS DE LA BESTIA A LA BELLA

I
Cada tantos cósmicos kilómetros un ojal,
cuyos satinados pespuntes azul-turquesas
sueñan con la ornamentada copa
de un botón para mujer.
Sideral y amaestrada punzando
muy cerca siento la punta de la tijera,
de la tijera sobre el enrojecido ombligo,
ombligo de un inmenso trozo de gleba
que no deja de sangrar;
y después...
...después partiéndose las hebras
en un millón de hojas
moribundas y ahusadas,
hojas para formar en el piso del hueco
unos renegridos labios de polvo e hilachas,
hilachas sobre cuyas intrincadas texturas
la flamante máquina del nuevo orden alisa,
alisa la costura de una quietud provisional,
pero no obstante supuestamente eterna.
II
¡Ay!
así había sido una vez:
mi alma y su ropa sucia,
tiza gris que se limpia
en su blancura nunca vista,
interior.
Hundiéndose en la mojada arena,
a dos incandescentes lápices
y una perdurabilidad tan fuera de lugar,
ajena,
más abajo zapatillas.
III
Cada tantos cósmicos kilómentros
en exacto sitio la puntada en el ojal...
...y después...
...después la trenza
y el negro pelo delimitando
una larga e indócil pastura color verde botella.
Delimitando...
...el agua salada,
...el agua festoneada de espumas en la orilla,
recinto con pincel goteando
una pálida gota de café;
allí donde el arco iris
en un abrir y cerrar de ojos besa,
besa en la esquiva boca
a su hermana la turbulencia en el mar.
IV
Pronta ha quedado la prenda
que desde la garganta
la recubre hasta el dedo meñique de su pie;
bien ceñida con botones de añil amatista
en la precisa comarca,
comarca en la cual a llorar rompe
inconsolable el viento
y su mal humor regurgita la tempestad.
V
Detrás de un breve manto de niebla,
semejante a una estrella todavía invisible,
allí fue que sangró la herida:
4 trazos de sangre azul sin prisa rezumándose,
rezumándose como agua-nieve
que desde la copa de un cinamomo se desliza,
a través de los ciegos ojillos
en la pálida superficie se desliza,
de unos botones de añil amatista;
botones que en apretada fila india
celosos guardan el monte de venus,
desnudo,
agreste,
enmarañado,
cerril coto de cacería
con amaestrados señuelos,
en-un-medio-día-de-un-sol-de-media-noche.
VI
Desde el abismo a la ropa sucia,
desde el abismo que a las escondidas juega
tras el ala trunca
de un omóplato alargado y angosto
de mujer flaca.
Tras la húmeda rojez del hueso un corazón;
como pez en breve lagunilla y después...
...después nuevamente lo perenne:
hebras formando labios
en la verde hierba de la ribera,
y la esperanza...
nuevamente la esperanza,
de que sobre la arena mojada
calzaran las patas de una corta mesa,
mesa que habiendo sido
truncada base de estalactita,
se vistiese con la rica baba
de los gusanos de seda,
aposentados naturales en el lugar.
VII
Y por doquier manjares,
crujientes,
tersos;
asimismo con tizne de fogón y plancha,
manjares descansando entre comensales
sobre una colcha de espesura y morera.

De “Ser joven lleva demasiado tiempo”-pág. 62



Sunday, July 23, 2006

CARTA PARA TATIANA EN SU CUMPLE

Aquí, en Montevideo, es la 1 de la maña-
na del 24 de julio de 2006.
A esta hora tú, estás dormida y cuando
despiertes, pues, dirás, ya no tengo 5, soy una
niña con 6, o sea: el abuelo tiene una nieta de
6.
Desde este tan curvo lado del mundo, (ca-
si con la planta del pie metida en el agua su-
puestamente dulce del río de la plata), tan só-
lo te puedo enviar palabras; ni chocolate, ni
libritos coloreados, ni canción con acordes de
órgano, solemnes, que permanezcan prendidos
en el aire, como si fueran limones colgando de
las ramas en el limonero.
Nada de eso, todo inconcreto, un libro con
las páginas en blanco.
Palabras que quizá sí, puedan soportar en
sus dedos juntos o separados, la columna y
con ello el puente entre un abuelo viejo y una
nieta de 6.
Si yo estuviera ahí, en Petoskey, o tú estu-
vieses aquí, (con el pie húmedo a causa de
ese paseo al borde del río de la plata que al-
gún día concretarás), la cosa sería algo distin-
ta. Por lo pronto, ahora, en este instante, yo
podría escuchar el compás de tu respiración:
quietecita, más agitada, muy tranquila, anhe-
lante, toda movida porque tú te mueves entre
las sábanas ligeras que te cubren, y te produ-
cen una sensación de calor excesivo, a causa
de que en el lugar donde vives, todo chispo-
rrotea por ser verano.
Ves, ¿cuánta cosa entre Tatiana y su abuelo,
sin que aparentemente nada haya sucedido?
sin que se haya pronunciado la más mínima
palabra en ese entre tanto de silencio.
Diría que este es un diálogo invisible con
un abuelo invisible que le desea a Tatiana
muchas felicidades, unos cuantos regalos
y el arrullo amoroso de sus papitos.
Desde aquí el abuelo te adormece tam-
bién, con arrullos.


barrio del cordón-trastienda de la universidad-
junto al sombrío sub-suelo del liceo nocturno

Tuesday, July 11, 2006

PIEDRAS

I
Voy en busca de 1 hoja de papel;
recorro kilómetros
en un azul puntero de reloj;
soy pelele en la punta del puntero,
puntero que da vueltas
con mi morada grana de felpa,
felpa que se aligera en gotas,
algodonosas gotas de sangre
como si fuera un impropio trofeo,

trofeo obtenido en sucia batalla,
inconclusa batalla.
Al dar vueltas bosqueja mi felpa,
bosqueja una circunferencia,
·im-prolija· circunferencia
que gotea como un río aéreo en otro río.
Reloj con cu-cú oculto en mi madera,
en la empañada amarillez del maizal,
del maizal en su vejez oculto.
II
Sin saber por qué ni para qué,
acumulo cajitas
con ostensibles cartelas de advertencia:
he aquí un dedito bien torneado
a labios anónimos algo exangües,
pegándose;
labios de muchacha sub 20
sin + datos,
un vago esbozo casi inadvertido.
III
Sin que pida,
sin que quiera,
a unos escasos centímetros está mi oído
de ese ruido.
Un ruido general.
¡No!
Es piar con picoteo de ruido
en su último paseo,
paseo de cu-cú por...
...por dentro de mi acolchada sangre,
(eso está escrito,
en la contratapa escrito
de la cajita a mi disposición),
por dentro de mi sangre que transcurre,
secretamente transcurre
en una inmensa laguna,
laguna hacia el océano.
¿Debo describir el océano?
¿Es necesario?
IV
Dije que iba en busca de papel.
¡No!
¡Sí!
Es la hoja de celofán que guardo,
¿dónde?
allá arriba,
entre 2 rincones la cajita;
cajita azul-marina,
cuadrilonga y casi plana.
Ya está ahí,
¿en mis manos?
¡No!
Ella no me necesita.
Estoy envuelto,
envuelto en su transparencia;
por su elástica piel de durazno
envuelto,
como si cupiera en su envoltorio
todo el mundo.
V
¿Desde cuándo?
¿Eso importa?
VI
He aquí los huecos,
ladera de cantos,
picacho de montaña
con una alianza de nubes
efímera en la punta,
en la punta del dedo índice algo romo.
Todo frío,
una postal de frío.
VII
Hasta ahora el envoltorio,
(quizá sea apariencia,
cosa de este mundo en otro mundo),
me ha permitido mover el dedo gordo,
accionar entre cremas
y roja nariz de payaso,
payaso muy atareado en julio:
una cabeza con cu-cú oculto
en majestuoso paseo de explanada;
niños y explanada,
transeúntes y el cu-cú que espera,
en todo su largor espera
que acontezca la breve media hora.
Deferente me permitió aun
descorrer el gobelino,
el gobelino que tapa,
tapa la sanguinolencia de los huesos.
VIII
He aquí palabras
en lengua por conocer,
¿desconocida?
escritas en un libro envuelto por mitades
de sarga y celofán;
un libro en el rincón de la vidriera,
profuso en su birlí,
voladizo alpende,
alpende sobre aquella alianza ya descripta.
IX
Soy esto que trato sea verosímil,
límpido y claro,
alguno por la casa,
¿a tientas?
El cielo y sus lunas,
sus lunas de papel maché,
con invisibles cráteres habitan,
sin que yo quiera habitan,
habitan en mi techo alquilado.
Prendidos con tachuelas,
tachuelas herrumbradas desde el taller
y mucho gris,
negro de humo.
X
¿Recuerdas la laguna,
el océano,
el océano bajo forma de enigma,
enigma en el cielo,
aquí y allá rosáceas zarzamoras
picoteadas por el cu-cú
oculto en mi madera,
ofensivas palabras cruzadas
en un cruce con otras
supuestamente inofensivas?
El agua me llega casi al cuello,
he puesto en los 4 bolsillos
y en la mochila piedras.

barrio del cordón-junto a la trastienda de la uni-
versidad-esto es dialecto morse en los tubos aledaños al sub-suelo del liceo nocturno

Saturday, July 01, 2006

PÉTALO A PÉTALO

I
Se aleja la noche,
se aleja el día;
se dispersan los piares en la densidad,
densidad sin tintura,
densidad sin tono,
densidad del silencio como papel de lija,
lija aquí dentro,
dentro de mí.
II
No importa,
no importa lo de fuera,
es este piso con papeles la sabana,
el campo de rastrojos,
amapola,
amapola estrujándose pétalo a pétalo.
III
No oyes la voz,
la vocecilla.
¡Qué inaudible es mi voz,
qué de pequeña!
Casi no es ella.
¿Cuándo fue?
IV
Ahora es un murmullo en la inmensidad,
el eco que golpea,
golpea sus narices de alabastro,
yesoso alabastro transluciente;
sus narices frías golpea contra mi cuerpo.
V
No hay forma de atajar
lo que ya no es mío.
Mi grito se deshace en el florero,
entre amapolas muertas
y verdín de agua se cuartea.
VI
Me alejo de la noche,
se aleja el día en una madrugada interminable.
Aquí todo es afonía,
querer decir
sin poder ya decir nada.
-.-.-.-
barrio del cordón-trastienda de la universidad-
en las aledañas cuevas bajo el sub-suelo del liceo nocturno

Thursday, June 08, 2006

SUSURRO

Alguien susurró
que la vida es un milagro.
Casi en simultáneo,
la ancha ventanilla del tren pasó;
en su lugar,
más de lo soportable se detuvo,
se detuvo hermético,
enmaderado,
como para regalo
que habrá de entregarse a la distancia
el cubo perfecto,
rojo lacre imperfecto
de un furgón de cola.

De cuando huye el día-pág. 81

Tuesday, June 06, 2006

SE SOLICITA

Cuánto me cuesta esta letra,
esta nueva letra
que he comenzado a dibujar y la abandono.
Qué horror hay entre un número
y el siguiente,
el siguiente.
He aquí
unas gotas de menos
en el alborotado torrente
de mi sangre,
contadas con el auxilio de un ábaco
que inexorable la distancia abrevia,
entre el pico más alto
en la montaña
y el breve cielo que me haría
¡oh!
habitante en las estrellas.
Convoco
a alguien para que me explique
este misterio,
de palabra
o por esquela,
da lo mismo.

De “Ser joven lleva demasiado tiempo”-pág. 24

EL ENSAYO

La memoria,
gorda panzuda en estado de anorexia
con el gánsico paso del tiempo se desploma.
¡Cómo canta la felicidad tras bambalinas!
El ensayo ha de comenzar y en cada asiento,
se arrebuja goteando vanidad
sobre la lima y el limón
del velvetón amarillo,
la nada inexplicable.
Todo lo demás ha quedado fuera
y para siempre,
es cosa de vestíbulo y tualet,
adorno innecesario de organdí,
flotando
sobre la obscuridad
de gobelinos
que su marca medieval han dejado en la pared.

De Cuando huye el día-pág. 68

Saturday, June 03, 2006

"SER JOVEN LLEVA DEMASIADO TIEMPO"

I
Al salir a mi pesar ensayo
un paradojal regreso a casa;
sendas nada originales re-transito,
me detengo ante las incesantes gotas de la lluvia;
con poca cosa
se guarece mi alma junto a la pared,
que a semejanza de ropa que se tendió para el oreo,
escurre interminable
el exceso de las aguas.
En el tránsito me cruzo con la gente,
con la cual ya me crucé
sin saber
que en aquel entonces muy lejano,
a la vuelta de la esquina
con alguien me cruzaba.
Intento lavar mi culpa,
busco desaguaderos,
aprovecho esta aguada de todo un día,
una noche y otro día para ello.
En el lodo de cada pisada husmeo mi pisada,
sin caer innecesariamente fuera.
¡Es tanto lo que no sé
de mi cañaveral y la contigua selva!
Poco es lo aprendido,
casi nada.
II
Como en otras oportunidades
quizá con menos mojadura y más anécdota,
con su yin y su yan la pausa de mi andar
se va desprendiendo de ataduras:
de cordón en los zapatos,
de agujero en el cuarteado cinturón que me secciona,
de pretina en los pantalones sobradamente ceñidos,
de botón en los tensos calzoncillos.
III
Ya cuando todo se parece a la laguna
con anfibio más lejos que cerca de la orilla,
oigo que alguien rema hacia estos lares
y sin querer escucho que coloquial a otro dice...
...quizá a un acompañante,
con cuerdas algo gastadas por la humedad y el tiempo,
que “ser joven lleva demasiados años”.

De “Ser joven lleva demasiado tiempo”- pág. 102

Thursday, June 01, 2006

Lo trivial - lo memorable

I
Alguien saluda un escapado ·buenas noches·;
otro,
entre mordidas consonantes
musita una canción;
un 3º grita prendiéndole a la noche
con inseguro hilván su abalorio,
que seguramente caerá en la mañana,
sin más sobre la ·bastedad· del empedrado;
para de esa objetual manera
compartir ·la dulce compañía· de colillas,
perros muertos y condones blanquecinos.
II
Una vez más,
todo se da a semejanza de una pieza de comedia
noche tras noche ensayada de continuo,
en un avanzar de pies pegados a la tierra
imperceptible
hacia la magna noche del estreno
que aparece ignoto,
de no llegar,
tan esperada;
que llega al fin inesperada
entre candilejas encendiendo
pompas y farolillos chinos.
A pesar de tan gorda y puntual fosforescencia,
que no obstante no soporta el transcurso del instante,
que al sobrevivir desgasta enteramente al anterior,
sin aviso de pronto se extingue el sortilegio.
Mientras esto ocurre en el mundo de las transfiguras,
mordiendo un ¡ah!,
un ¡oh! exánime entre desparejos dientes,
obscuros y herrados,
que sin más se hunden
en la satinada carne en mal estado del silencio,
cabizbajo regresa el de los farolillos y las pompas.
III
De allí en más,
a semejanza de una piedra-imán enriquecida
que en torno de sí todo lo congrega,
convocará la noche un profundo consorcio de partículas,
entre las cuales irreconocible yace aquel escapado
·buenas noches·.

De “Ser joven lleva demasiado tiempo”-pág. 100
2003